miércoles, 26 de noviembre de 2014

Devaluar ¿Panacea o perdición?












¿Se imaginan salir a la calle y encontrarse con unos niños jugando con nada más y nada menos que billetes? Esto es lo que pasó en Alemania tras la Primera Guerra Mundial, cuando nuestros amigos alemanes estaban arruinados (sí, los alemanes también se pueden arruinar). Ésta situación se dio cuando, tras la finalización de esta guerra, los alemanes se vieron ante la obligación de pagar una gigantesca deuda a las potencias vencedoras en concepto de “reparaciones” y cosas varias, que en realidad eran producto del rencor de las potencias vencedoras. Alemania se dio cuenta de que esta gigantesca deuda era imposible de pagar, por lo que optó por la que se considera uno de los mayores errores en la historia de la economía moderna: imprimir dinero para pagar esa deuda. Esto provocó que el valor del dinero se perdiese y que prácticamente no valiese nada, hasta llegar al punto que vemos en la imagen. Por supuesto, este es un caso extremo, pero es un ejemplo claro de lo que una devaluación dura podría suponer. Y es que se habla mucho últimamente de la famosa devaluación, pero exactamente ¿qué es devaluar?, su definición exacta es la de “disminución del valor de una moneda u otra cosa”, algo que tiene una serie de consecuencias para cualquier economía, pero veamos cuáles son.

Primero, vemos cómo se consigue que una moneda pierda parte de su valor. Esto depende del banco central, es decir, quien emite la moneda, en nuestro caso el Banco Central Europeo. Para que la moneda pierda valor, lo que debe poner más dinero en circulación ya que al haber más moneda circulando ésta pierde valor. Este dinero en circulación se puede medir con la base monetaria. Al reducir el valor de tu moneda, lo que se pretende conseguir normalmente es “reactivar la economía” ya que al disponer de más dinero, se supone que la economía podría recuperarse. En la teoría esta es la “chispa” que necesita la economía para volver a crecer, presuponiendo que la economía es como un motor, aunque la economía afortunadamente es mucho más que eso, son relaciones sociales, son decisiones de personas, es sobre nosotros, sobre nuestro comportamiento. Otro punto a favor de esta devaluación es que supuestamente aumenta las exportaciones. Este es un efecto de una de las consecuencias de la devaluación: nos hace más pobres súbitamente respecto al resto de monedas, ya que la nuestra vale menos.

Sin embargo, esta devaluación presenta muchas desventajas, una de las principales es, la de la subida generalizada de los precios, al inyectar más dinero en la economía es obvio que las cosas valdrán más. La teoría keynesiana dice que al subir los precios, los sueldos también deben subir en igual medida, sin embargo esto es sólo el producto de una “inflación de precios sana”, la que viene provocada por el mercado, de tal manera, en el panorama actual de devaluación del euro desde prácticamente su inicio vemos esto:


Este gráfico nos muestra cómo, aunque el sueldo medio se ha mantenido más o menos constante desde 2002 (ha crecido un 6’94% hasta 2011) el IPC, instrumento mediante el que se mide la inflación usualmente, sí ha crecido sustancialmente (24 puntos porcentuales). De esta manera, el español medio, y en nombre de la devaluación, al aumentar su renta un 7% y hacer que su dinero valga un 24% menos, no creo que le haya salido bien la jugada que le han impuesto. Sin embargo, este arma de la inflación “controlada” al Gobierno le viene de perlas, ya que los sueldos suben con el IPC aunque en menor medida que este, con lo cual, el ciudadano de a pie verá su sueldo incrementarse y aunque en realidad pueda comprar menos, quedará encantado. Esta subida del IPC ha implicado además en esta crisis el incremento no sólo de la desigualdad en el país, sino de la pobreza, y es España es tradicionalmente un país con una elevada tasa de paro debido a sus grandes restricciones en el mercado de trabajo (altas cotizaciones, alta regulación, alto SMI…) esto hace que ante una subida del IPC seamos especialmente vulnerables, ya que los desempleados no sólo tienen una dificultad para comprar sus bienes, sino que además los precios suben para ellos sin una renta que suba al menos un poco o que pueda soportar ésta subida.

En el apartado de las exportaciones, cabría pensar en la enorme ayuda que esto tendría que significar para las empresas exportadoras, ya que al hacer que nuestra moneda tuviese un menor valor, les debería ser más fácil exportar. En principio esta premisa no tendría por qué ser falsa, sin embargo, en economía y en los negocios, nunca dependemos de una sola variable, sino del entorno entero, así países devaluadores hasta el agotamiento como son Venezuela o Argentina, que además tienen productos que ofrecer (por ejemplo Venezuela tiene las reservas petrolíferas más grandes del mundo), ven cómo sus exportaciones decaen. Y es que lo principal aquí no es tanto la moneda, sino lo competitivo que puedas ser, que es lo que realmente ahorra tus costes. Este argumento de la moneda, tiene además una gran contrapartida, y es que puede que sirva para abaratar las exportaciones, sin embargo otro efecto es que también encarece las importaciones, una gran parte de los costes de estas empresas exportadoras son importaciones, que hacen el coste de producir el producto sea igual, lo único que se pueden ahorrar realmente las empresas en este caso es la actividad que se produce dentro del país o donde esté la moneda circulante, que es, en su mayoría el capital humano, es decir, estás abaratando la mano de obra de un país y haciendo caer sus sueldos reales. Esto no queda aquí, ya que como hemos dicho, las importaciones se hacen más caras, una de estas importaciones es la energía, y dentro de la energía es el petróleo. Existen un gran número de estudios desde el siglo XIX que ponen de manifiesto cómo una energía barata y abundante, a la vez que eficaz se correlaciona con una economía sana y creciente, en nuestro país todo lo que es energía no puede ser tomado como ejemplo ya que la hiperregulación desvirtúa este ejemplo además de encarecerla. Sin embargo, un ejemplo sencillo y claro de cómo la energía se vuelve más cara es Japón. Japón es país que basa casi toda su energía en el petróleo hasta tal punto, de que el movimiento del precio del petróleo, mueve su propia moneda, el yen.

Name of time-series
[Statistical category]
Unit
Scale
Color
Line style
Line width
Mark type
Group/ Petroleum, coal & natural gas
[Corporate Goods Price Index (2005 Base)/ Import Price Index (yen basis)]
CY2005 average=100
Left
http://www.stat-search.boj.or.jp/img/C1.gif
Solid
Normal
None
Stock Table/Monetary Base
[Monetary Base and the BOJ's Transactions (Stock Table)]
100 million yen
Right
http://www.stat-search.boj.or.jp/img/C2.gif
Solid
Normal
None


Lo que este gráfico nos enseña, es cómo el precio del petróleo ha aumentado con la cantidad de dinero en el mercado, y es que Japón lleva más de 10 años estancado debido a las políticas de devaluación iniciadas por su gobierno en el principio del milenio, intentando reactivarse. El brutal incremento del precio del petróleo ha provocado, una enorme subida del precio del mismo que sólo se ha visto afectado a la baja en épocas de recesión (barras gris oscuras) con el correspondiente impacto en los costes de las empresas y además en el coste de las familias. Qué quiere decir esto, quiere decir las familias también se ven afectadas por la subidas de estas importaciones, por lo cual, las familias tendrán que dedicar más dinero a cosas como la energía u otros productos importados que subirán más aún que los nacionales, así la demanda interna del país cae, haciendo que las empresas nacionales tanto exportadoras como no importadoras caigan y obtengan menos beneficios. Por lo que al final, el esfuerzo por aumentar estas empresas resulta nulo o incluso negativo. Además, una de las bondades de exportar mucho, es la entrada de dinero en el país, algo deseable, sin embargo, esto puede conseguirse por otras vías, me gustaría poner de ejemplo a Suiza, donde con una moneda tradicionalmente fuerte, que ahora intenta la paridad con el euro (aunque empiezan a querer cambiar esto), apuestan por mantener el valor de su moneda para que los ahorros extranjeros puedan encontrar allí un sitio donde refugiarse de las continuas pérdidas de valor de sus bancos centrales, a pesar de esta moneda fuerte, la economía suiza tiene una fuerte actividad exportadora, ya que como he dicho antes lo realmente importante es la competitividad en estas cosas, permitiendo la entrada de capital por ambos lados. Por supuesto, la economía suiza es muy distinta a la nuestra, con mucha más apertura, mucha más libertad y restricciones bajas o inexistentes en algunos casos.


Otro no muy saludable efecto de la devaluación es el perjudicar el ahorro y promover el consumo y el endeudamiento, y es que el ahorrar no parece un buen negocio si tus ahorros en un plazo de 10 años valen un 20% menos, esto debería ser, cuanto menos, indignante. Además, esta entrada de dinero, provoca una bajada de los tipos de interés en préstamos, hipotecas etc… Lo que a su vez provoca que los productos que ofrecen aumentar el dinero ahorrado como depósitos, bonos… Se vea reducido también. Por lo que esta devaluación alienta el consumir cada vez más dinero, y pone grandes facilidades al endeudamiento, algo que puede sentenciar una economía.




Sin esta devaluación sistemática, la crisis que padecemos ahora podría no haber sido tan brutal sin la enorme deuda acumulada debido al crédito barato, el restar valor a los ahorros en general sin su valor original que podría haber significado la salvación de muchas familias, una menor desigualdad, y más importante una menor pobreza debida a un precio de la vida cada vez más alto durante la crisis. Aunque lo que podría haber sido siempre es suposición y no realidad que ha sido la devaluación por sistema.


sábado, 8 de noviembre de 2014

El Gobierno de las Ideas

Como establecer un sistema ideológico sin violar los derechos de ningún ser humano

Proyecto de ciudad para "refugiados ecologistas" de Vicent Callebaut.

Entre todas las ideologías políticas existentes siempre ha surgido la inquietud de cómo llevar a la práctica sus ideas para implantar sus modelos teóricos en la realidad. Históricamente las ideologías más extremas han optado por la violencia, ya sea como herramienta para mantener el poder (nazismo) o como arma revolucionarla para obtenerlo (comunismo), pero existe una solución nunca probada que permitiría a estas ideologías extremas y a cualquier otra establecer su “paraíso” ideológico sin la violación de derechos que supone la violencia: el anarcocapitalismo.

El anarcocapitalismo es una filosofía política que promueve la anarquía entendida como eliminación del Estado, la máxima defensa de la libertad individual y el derecho a la propiedad privada. Bajo este sistema, aquellos individuos ideológicamente contrarios al mismo estarían en su derecho de agruparse y fundar “estados” dentro de unas tierras adquiridas por ellos mismos o de forma dispersa. Dentro de ese “estado” podrían establecer leyes propias, dictándolas en forma de contratos voluntarios. En dichos contratos el órgano de poder se presentaría como una asociación cuyos estatutos podrían hacer las veces de constitución si fuese necesario.  Estos contratos podrían incluir el numero de clausulas que fuese necesario para hacerlos funcionar como leyes que actuaran sobre los firmantes de manera que cualquier agencia de arbitraje pudiera resolver los posibles conflictos o disputas.

Las agencias de arbitraje son una de las claves de la teoría anarcocapitalista, sustituyendo a la justicia pública. Estas agencias, existentes en la actualidad, compiten en el mercado a través de sus costes más bajos, su agilidad o cualquier otra característica deseable por sus clientes. La agencia a utilizar para zanjar las disputas podría fijarse incluso en el mismo contrato, de manera que no exista ninguna sospecha de parcialidad.

La gran ventaja del anarcocapitalismo radica en que cada individuo puede seguir fiel a su ideología dentro de él, dando lugar a un cambio en la manera de gobernar y llegar al poder de las distintas ideologías, pasando del modelo actual, donde las vías para llevar a cabo los planes pasa irremediablemente por la violencia, ya sea en forma de revolución o en forma de democracia que imponga sus ideas a los que no las comparten, a un modelo en el que las ideas puedan llevarse a cabo libremente y en el que el principal papel de sus impulsores será convencer de que sus ideas son las mejores para llevarlas a cabo voluntariamente en las condiciones que pacten los interesados.

Además, el anarcocapitalismo abre la posibilidad de “votar con los pies”, expresión acuñada por economista Charles Tiebout, que expresa la posibilidad que tendrían los ciudadanos de desplazarse a aquellos territorios cuyo sistema mejor se ajustara a sus preferencias, demostrando así mucho mejor sus convicciones que a través del voto.

Otra bondad de esta filosofía sería la posibilidad que tendrían las distintas asociaciones, sistemas o “estados” de aprovecharse de las ventajas de las otras y ofrecer las suyas a través del libre intercambio. Así el bienestar de todos los individuos, agrupados o no se vería incrementado gracias a la libertad para elegir aquello que mejor satisfaga sus necesidades y mejor se ajuste a su concepción del mundo.

Por ejemplo, uno de los pilares del comunismo, el rechazo a la propiedad privada, podría articularse en un contrato de la siguiente manera. Primero, la sociedad comunista, en representación debería asociarse a través de un contrato en el que establezcan sus reglas. Una vez agrupada legalmente, “La Sociedad” podría recibir los bienes de todos sus integrantes para administrarlos de acuerdo a sus ideales, pasando estos bienes de ser propiedad privada a ser propiedad pública en manos de “La Sociedad”. Además, podrían establecerse contratos de una manera similar que hicieran a “La Sociedad” la propietaria de lo producido por sus integrantes, cerrando así el círculo de la propiedad privada.

La principal razón por la que el anarcocapitalismo es denostado por sus opositores es que aquellos que quieren beneficiarse con la implantación de su ideología saben que para ello necesitan valerse de los que no están de acuerdo a través de la violencia, ya que de lo contrario lo apoyarían como medio para lograr sus ideales. 

jueves, 6 de noviembre de 2014

Suecia: Welcome Mr. Capitalism!

En este nuevo post, me gustaría analizar la conversión de Suecia, país admirado por todos por su firme crecimiento que ha sobrepasado a la mayoría de países del mundo y por supuesto está por encima de la media de UE y de la OCDE. Sin embargo, hubo un tiempo en el que este país no tuvo la prosperidad de la que goza hoy, y es que al principio de la década de los 90, el país se encontraba en la ruina, había explotado una burbuja hipotecaria brutal, la economía estaba en recesión, la deuda pública se duplicó y el déficit se multiplicaba por 10... Estoy seguro de que esta situación les suena, al menos de oídas. Pues bien en esta tesitura comienza el milagro sueco, con un ministro de economía, Göran Personn, obligado a viajar a Wall Street a pedir financiación y transmitir confianza a los mercados para poder seguir contando con su apoyo. En este viaje, que él mismo cataloga de "humillante" por las condiciones que se veía obligado aceptar. De aquí saca dos lecciones, que no seguirá postrando su país a los intereses de terceros, y que la deuda te hace esclavo. Sin embargo su reación no fue el impago de ésta, sino su saneamiento. Aquí, comienzan una serie de reformas de apertura que convertirán su sistema en uno de los más capitalistas de la tierra y de paso, uno de los más ricos.




A la vista de los gráficos se encuentra el enorme cambio en la economía sueca, sin embargo, debemos ponernos en contexto, y es que Suecia sufre grandes cambios antes de llegar al punto en el que estamos hoy. La sociedad sueca ya tenía arraigada la figura del Estado como proveedor de productos y servicios desde el reinado de Gustavo I en el siglo XVI que inició esta tradición paternalista del Estado, como consecuencia Suecia estuvo más atrasada que el resto de Europa en todos los aspectos. Así llegamos a los años 30, donde tras un periodo bastante liberal desde el año 1864, se crea en Suecia una industria muy pujante con una buena salud que mejoró el nivel de vida de los suecos ya antes de la Primera Guerra Mundial, este crecimiento fue el que dió la posibilidad a Suecia de intentar las ambiciosas reformas sociales que llevó a cabo.

En principio, estas reformas sociales tomaron un perfil bastante modesto, con la creación de unos servicios sociales básicos universales además de fomentar la conciliación entre sindicatos y empresarios, lo que dió una gran estabilidad al mercado laboral. Sin embargo, empieza a aparecer una línea política que ansiaba un mayor control sobre la vida de la población y aspiraba a la expansión del Estado a todos los ámbitos del ciudadano para conseguir moldear la vida e ideas de sus ciudadanos a base de "igualdad" a toda costa que comienza a partir de la Segunda Guerra Mundial, así se disparó el gasto público y la carga tributaria aumentó hasta niveles insospechados. Además, se aumenta la protección ante una repentina bajada de ingresos a unos niveles brutales. Esto hace a este sistema muy dependiente del empleo, ya que ante una caída del mismo, se desploma ya que se trata casi de una especie de estafa piramidal: el Estado puede ofrecerte una pequeña protección siempre que no la necesite más de un número determinado de gente. Sin embargo, no es la protección social o la provisión de servicios el mayor objetivo de este llamado "Estado benefactor", sino su aspiración a controlar la libertad de elección de la sociedad en conjunto, de esta manera se instaura un sistema en el que el ciudadano no puede elegir dónde ir al médico, el colegio de sus hijos, donde depositar sus ahorros, para dar esas competencias al Estado para crear un monopolio estatal en lo que a prestación de servicios se refiere.

Este modelo comienza a mostrar sus ineficiencias desde un principio, sin embargo, la economía sueca fue en aumento tras la Segunda Guerra Mundial gracias a una Europa derruida y con una demanda gigante que Suecia pudo proporcionar, así hasta la década de 1970, no se empiezan a mostrar verdaderamente los problemas de este modelo. Como he dicho antes, una economía planificada a este nivel necesita de una enorme mayoría de población ocupada, sin embargo, debido a su alta carga fiscal para soportar el enorme gasto público, desincentiva el trabajo, ya que el que no trabaje recibe una gran cantidad de subsidios. A parte de este problema coyuntural sobre la relación ocupación/desempleo se le añade una necesidad a largo plazo de que la población activa siempre vaya siendo creciente, ya que un aumento de jubilaciones frente a las nuevas entradas al trabajo provocaría fuertes desequilibrios. Además, la elevada carga fiscal sobre las familias impide poder aumentar más los impuestos de tal manera que el crecimiento de estos servicios queda estancado, es decir no puede crecer ya que la financiación no lo permite. Por otra parte, en el plano social, hizo que Suecia encontrase politizada cada decisión de su vida, diviendo a la población, seguramente esto también les sonará. También en la cuestión social, los ciudadanos comenzaron a querer tener una libertad de elección, salir de las vallas de protección impuestas por el Estado debido al comienzo de ralentización comenzado por Suecia en los 70. Todo esto, pone el terreno para la gran crisis que Suecia estaba a punto de sufrir.

De esta manera, Suecia entra casi a regañadientes en la década de los 90, con este crecimiento lento y complicado que provocó la derrota de los socialdemócratas por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial en el año 1976. Sin embargo al entrar en la década de los 90 la cosa no hizo más que empeorar, y es que entre 1990 y 1994 el paro aumentó en un 10%, lo que rompió con las buenas cifras vistas hasta el momento: del 2'6% al 12'6%, tal vez aquí un 12'6% de paro con la situación que tenemos, sin embargo sí que lo es en términos comparativos con otros países distintos al nuestro, además esta cifra también fue suficiente para crear un enorme desequilibrio en las finanzas públicas, que, debido a las prestaciones ofrecidas, tuvo que aumentar el gasto público a niveles estratosférico ya que en el año 1993, el gasto público se disparó al 72'8% del PIB (esto quiere decir que el Estado gasta el 72'8% de lo que produce el país cada año), una cifra totalmente insostenible, este enorme gasto llevó a que el déficit del Estado llegase al 12'3% por año (es decir, que la diferencia entre ingresos y gastos del Estado era del -12'3% del PIB cada año). Otro factor es que debido a este tremendo gasto, el Estado perdió la capacidad de actuar contra el ciclo y se vió obligado a acentuar la crisis, esto en realidad es lo que suele pasar con el Estado: tiende a convertirse en la institución más pro-cíclica de la economía. Esta es la razón por la que sostenía que este sistema se trataba en realidad de una estafa piramidal: el Estado realmente no podía garantizar esos servicios a quien se lo pedía (y tenía derecho a ellos).

Así entra el año 1994, año de reformas y recuperación para Suecia de la mano de Göran Personn, que inmediatamente comienza a realizar las reformas necesarias para sacar a Suecia del agujero en el que había caído, estas reformas pudieron llevarse a cabo también por el radical cambio de vista desde la sociedad sueca que se encontraba inmersa en la llamada "Revolución de la libre elección". Lo primero y más vital, fue la reducción de la deuda, ya que ésta te termina haciendo esclavo, de esta manera, se logra una increíble reducción de esta misma:






La reducción de deuda, o austeridad, o como quiera llamarse, permitió que el Estado volviese al superávit y una reducción de la carga tributaria. Pero ésta reducción de deuda a gran escala no viene sola, desde el gobierno se empiezan a desregularizar los sectores y dar paso al sector privado, que había quedado totalmente fuera del juego desde después de la Segunda Guerra Mundial, así comenzaron las privatizaciones de empresas monopolistas públicas y la entrada de nuevas empresas en todos los sectores, esto provocó una competencia que volvió a dar eficiencia a los servicios que se daban, altamente ineficaces ya antes de la crisis. Además, a partir de estas reformas, se le da al ciudadano un increíble aumento de su libertad de elección, ya que ahora puede elegir cuál quiere que sea su hospital, el colegio de sus hijos, su banco... Y más importante, qué estilo de gestión prefiere para sus bienes. Es destacable el caso de la educación, donde el sistema se basa en los cheques escolares: los padres eligen el tipo de contro que quieren; público o privado, cristiano o ateo, convencional o de técnicas más modernas, y el gobierno da estos cheques para que los padres puedan elegir el colegio. Esta es la libertad de la que goza ahora el país para la elección de sus servicios, incluso para los servicios de prestación por enfermedad, desempleo o pensiones, donde los propios sindicatos los ofrecen a los trabajadores debido a su mayor eficacia y/o compensación. Estas son las recetas seguidas por Suecia que a la vez de convertirse en uno de los países más ricos y prósperos del mundo, se ha convertido también en uno de los países más capitalistas del mundo.




Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer en este país, sobre todo relacionado con su tasa de desempleo, que se encuentra en el 8'9%, un nivel alto debido a la desincentivación del trabajo debido a los altos impuestos sobre este vía cotizaciones en menor medida y un alto impuesto sobre el ingreso, sin embargo, gracias a la no existencia de un salario mínimo, no se espera una subida del desempleo, una diferencia con nuestro mercado laboral simple, pero que marca una diferencia de más de 10 puntos porcentuales. Comparaciones aparte, y tal y como he dicho, esta es la manera en la que Suecia le dió la bienvenida al capitalismo, y le invitó a quedarse.